Después de pasar unos días en la zona de la Selva de Irati y descansar en un camping (¡qué agotadora es la vida del viajero! jajaja) ponemos rumbo al embalse de Eugi. Ya llevamos unos días en ruta y estamos descubriendo lugares espectaculares: Portalet, Panticosa, embalse de Yesa, Escó, Belagua, Selva de Irati, etc. (puedes leer nuestras experiencias en estos sitios en las entradas anteriores). Algunos lugares eran un imprescindible en nuestro viaje, los conocíamos y queríamos ir seguro (Selva de Irati) pero la gran mayoría nos eran desconocidos y han sido una gran sorpresa. Como no planificamos demasiado nuestros viajes nos pasa esto: nos sorprendemos y nos emocionamos con cada sitio bonito que descubrimos.
Embalse de Eugi
En fin, que me despisto. El tema es que ponemos rumbo al embalse de Eugi. Cuando llegamos nos cuesta un poco encontrar un sitio para aparcar cerca del embalse. Buscamos alguna entrada en la carretera pero las pocas que encontramos son pequeñas y están un poco llenas y tampoco es cuestión de bloquearlas con la autocaravana. Al final paramos en un parking en el pueblo de Eugi (N 42.9780 / W 001.506601). Desde aquí, hay un sendero que va por el lado del embalse y puedes dar un trozo de vuelta. Es un paseo corto y bonito.
A la Selva de Irati se puede acceder desde Ochagavía (por donde entramos nosotros) o desde Orbaizeta. Si vas por esta segunda zona, un imprescindible es ir a la Real Fábrica de Armas y Municiones. Parece un sitio curioso y singular de visitar y la verdad es que me quedé con las ganas de ir. Pues bien, después de pasear por el embalse de Eugi, miro el mapa y…hay una antigua Fábrica de Armas aquí cerca! (Real Fábrica de Armas de Eugi: N 43.0161 / W 001.486053).
Real Fábrica de Armas de Eugi
Es la oportunidad de quitarme la espinita de no haber ido a la otra. Llegamos sin saber nada de lo que vamos a ver y la verdad es que es bastante curioso el sitio. Hay paredes, muros, construcciones que parece que vayan a ser devoradas por la naturaleza. En los paneles informativos hay recreaciones de como era antiguamente y viendo lo que queda te puedes hacer una imagen mental y parece que estás entrando a la fábrica, paseando por sus espacios. Es un sitio con una magia especial.
Como el sitio nos ha impresionado, nos quedamos a pernoctar aquí. Ver como anochece y dormir en este sitio tan especial es un privilegio.
Al día siguiente, damos otra vuelta por la zona. Pero la carretera nos llama, nos volvemos a poner en ruta. Esta vez vamos dirección Donosti pero finalmente no llegamos al destino. Por el camino, encontramos un sitio que nos sorprende y nos hace cambiar los planes. ¡Pero esto lo contaremos en la próxima entrada! 😉
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